NUESTRA CANDIDATA
CARTA DE PRESENTACIÓN
Estimados miembros de la comunidad educativa
del I.E.S. en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”:
Algunos me conocen desde hace mucho tiempo, desde 1986 para ser más precisa, cuando ingresé al Profesorado en Inglés; muchos me conocen como docente, ya que obtuve mi primera cátedra de Historia de los EE.UU. en 1991; otros me conocen de cafés compartidos o charlas de pasillo; sin embargo, para la gran mayoría, soy simplemente una cara conocida o un nombre en la lista de profesores.
Por este motivo, les quiero contar un poco de mi historia. Ya terminando la escuela secundaria, sorprendentemente, tenía el panorama bastante claro: quería ser docente, pero ¿qué quería enseñar? La decisión no fue nada fácil. Aprender inglés como lengua extranjera había sido un mandato familiar que se transformó en una tarea cautivante, pero la Historia, como disciplina, me resultaba igual de fascinante. Finalmente, el pragmatismo se impuso y la famosa frase “como profesora de inglés siempre vas a tener trabajo” me llevó hasta Carlos Pellegrini 1515.
Y tenían razón: aun antes de recibirme, ser alumna de “El Lenguas” me abrió muchísimas puertas y me permitió disfrutar de la excelencia académica de una institución pública en donde no importaba si eras o no egresado de un colegio bilingüe. Como graduada, a través de una adscripción a la cátedra de Historia de los EE.UU. me reencontré con la Historia…Y fue también en las aulas de esa institución que me crucé con un profesor que sugirió lo que ni en mis sueños había imaginado: “Vos tenés que estudiar Historia en los EE.UU.”. Y al mejor estilo Robert De Niro en Taxi Driver respondí: “Are you talking to me?” Y sí, muchas veces estar en el lugar correcto, en el momento oportuno, marca la diferencia. Entonces llegó la Beca Fulbright para cursar una Maestría en Historia en la Universidad de Massachusetts; y dos años más tarde, la admisión al Doctorado en Historia (con financiación de la universidad) que me permitiría especializarme en Historia de los EE.UU. y de Europa.
El regreso a Argentina no suele ser sencillo para los becarios, pero yo volví para estar en el lugar correcto, en el momento oportuno. Cuando llegué al país, la Comisión Fulbright de Argentina estaba buscando una Coordinadora y Asesora Académica. Sería el comienzo de casi nueve años de trabajo para el programa de intercambio educativo más importante entre la Argentina y los EE.UU. Desde ese lugar, tendría la gran satisfacción de gestionar becas para colegas y egresados de nuestra institución. Ya instalada en el país, también volví a las aulas, a las clases que estaba más ansiosa por retomar, a las del Lenguas Vivas. La cátedra de Historia de los EE.UU. de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA también me abría sus puertas.
Hace 10 años decidí que quería dedicarme de lleno a la carrera académica. Entonces dejé la Comisión Fulbright para encarar nuevos desafíos dictando cursos de grado y de posgrado en la Universidad Torcuato Di Tella, cursos de posgrado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA y la Universidad del Salvador y seminarios para estudiantes internacionales en la Universidad Austral. Además, a través de mi trabajo con la Fundación Centro de Estudios Americanos, coordino y dicto seminarios sobre los Estados Unidos y las relaciones bilaterales y participo en la edición de publicaciones de divulgación histórica.
En este momento de mi carrera profesional, creo que estoy lista para salir de mi zona de confort –el aula– para aspirar a la Secretaría Académica de mi querido alma mater. Creo que lo aprendido en mis años como coordinadora de programas de intercambio y mis vínculos académicos con instituciones de educación superior en Argentina y el exterior me ha preparado para sumarme como Secretaria Académica al proyecto de “Consensuar, Construir y Concretar”. No sé si esta vez, nuevamente, me tocará estar en el lugar correcto, en el momento oportuno. Eso lo decidirán ustedes. Los invito a leer mi propuesta.
M. Graciela Abarca